domingo, 12 de julio de 2020

Nos la quieren meter doblada


La posmodernidad ha renacido de sus cenizas y con su relativismo normativo y su ingeniería lingüística nos quieren imponer el "todo vale": es decir, una cosa o acto puede ser a la vez bueno y malo, correcto e incorrecto, científico o acientífico...

La falacia más superficial que nos quieren vender es que no somos personas. Somos identidades que varían en función de los intereses de cada uno-a. Niegan el sexo. 

Toca recordar que la biología es la ciencia que estudia los seres vivos, y las personas pertenecemos a esta categoría. Como bien certifica la ciencia: la reproducción humana es un proceso de tipo sexual, que permite la creación de nuevos seres humanos, porque intervienen los dos sexos, el femenino y el masculino. A través de esta se produce la fecundación en el cuerpo de la mujer gracias a la unión del óvulo y el espermatozoide. Deja sin lugar a dudas dos sexos: hombre y mujer.

Por otro lado tenemos el sistema patriarcal que establece una relación de dominación para los hombres y de sumisión para las mujeres. Aquí definimos  a los hombres como aquellas personas nacidas con el sexo masculino y socializadas con los estereotipos y roles asignados al opresor-dominante; y mujer es aquella persona nacida con el sexo femenino y socializadas con los estereotipos y roles asignados a la oprimida-sometida.

¿Qué ocurre? Que ninguna persona escoge donde nacer. Todas nacemos en un sistema ya organizado y con un sistema de creencias colectivas. Como el patriarcado es global, nadie escapa de sus mandatos y ¡ay de aquellas personas que osen desacatarlos! Serán torturadas, perseguidas, quemadas en la hoguera...
                                                                                    
El principal mandato está en imponer la heterosexualidad, cosa que en muchos lugares se ha conseguido derrumbar aunque haya aún sitios en que los homosexuales siguen siendo perseguidos y castigados. Hay que seguir luchando por su libertad sexual.

Tenemos un sistema económico y político: el capitalista, el cual para sobrevivir tiene que generar las desigualdades. A mayor desigualdad mayor poder y rentabilidad (lo rentable es la vulnerabilidad). Y está en connivencia con el patriarcado, que le da un ejército sometido, para realizar todos los trabajos de reproducción, domésticos y de cuidados de manera "altruista", sin remuneración ni reconocimiento.

Resumiendo: el patriarcado es un sistema de relaciones de poder donde el poder lo ostentan los hombres. El capitalismo es un sistema de relación de poder ejercido por un grupo minoritario, muy minoritario de hombres que explotan a la gran mayoría. De esta mayoría, más de la mitad, las mujeres, son a su vez re-explotadas y sometidas por los hombres.

Qué relación guardan la posmodernidad, el patriarcado y el capitalismo: un contrato político-económico para seguir manteniendo el status quo.  Les explico, el capitalismo, agotado en su fórmula inicial: extractivista, necesita nuevas mercancías, las personas, y se ha aliado con la posmodernidad, que le dice "todo vale", "todo es ético", y el patriarcado también se alía con la posmodernidad porque le apuntala sus mandatos.

He dejado para el final decir que la posmodernidad es una corriente política que trae de la mano, o es empujada por la teoría queer, un movimiento reaccionario, narcisista, fetichista, misógino y neoliberal que busca la aniquilación simbólica de la mujer de la realidad a través de la negación del sexo y la institucionalización y ampliación de los estereotipos y roles de opresión: el género, para legalizar los vientres de alquiler y, de regalo al poder capital, regularizar la esclavitud sexual.  
                                                                            
La religión queer les ha hecho creer a las personas trans, sólo a una parte de las personas trans, que para cambiar de sexo sólo basta desearlo, asumir y exagerar los estereotipos. Los roles no, que eso de limpiar la mierda de todos, estar pendientes de las necesidades de todo el grupo familiar, es para las cis privilegiadas, y ya. Otros, su obsesión es tal que lo llevan aborrecer su cuerpo y se someten a tratamientos hormonales, bloqueadores, cirugías (farmacéuticas- drogas), sin llegar nunca a sentirse bien con él, y teniendo que medicalizarse toda su vida. Para ello, cuánto más mejor y más jóvenes, desde niños, ¡pa' que esperar!

La prostitución es el tercer negocio con mayores beneficios para los tratantes, proxenetas y Estados, y sin trata no se podría abastecer a tanto putero. 

Si nos paramos un poco, cuáles son los más jugosos negocios mundiales: armas, drogas y trata. Y si nos paramos un poco más, comprobamos que todos están entrelazados y se retroalimentan entre sí. Y culminan su adoctrinamiento con los medios de comunicación.

Por Yolanda Abad