martes, 24 de septiembre de 2019

Yes, I’m a feminist

“Yes, I’m a feminist”
Esta frase se podía leer en la camiseta que lucía Carmen Calvo en la noche de la victoria electoral del PSOE. A las 24 horas, la camiseta de Mango se había agotado. Muchas mujeres corrieron a enfundarse en ella, actualizar sus principios y, de paso, hacerle ganar dinero a la firma de ropa para quien, este movimiento reivindicativo y de liberación de la opresión que marca nuestras vidas, sólo es un concepto que está de moda, y que le importa muy poco o nada que en los países donde se confecciona su ropa se pisoteen los DDHH o se explote a sus trabajadoras y trabajadores.
El feminismo no es una camiseta que una se pone y se quita con la intención de decir a los demás: “¡Eh, sí, soy feminista!” A las feministas no nos hace falta ninguna camiseta para demostrar que lo somos: nos bastan nuestras acciones de lucha y reivindicación en las manifestaciones, en las redes sociales y en cualquier faceta de nuestra vida. Somos feministas aún sin ropa alguna.
Si usted, señora Calvo, lo fuera, sin duda alguna lo llevaría pintado en el rostro con tinta morada y no le habrían marcado un golazo al legalizar el pretendido sindicato de trabajadores sexuales OTRAS, aunque después diera marcha atrás. Las verdaderas feministas, las que no le hacen el juego al neoliberalismo, lo tenemos muy claro respecto a ciertos temas: ABOLICIÓN. ¿Le tengo que recordar cuáles son? Quiero suponer que no, ya que usted se considera feminista, ¿verdad?, y las reivindicaciones feministas marcarán la agenda política del PSOE, ¿no?
Si la camiseta de la señora Carmen Calvo es una declaración de intenciones, permítame decirle que no queremos ni necesitamos tales “intenciones” ni buenas palabras. ¡Exigimos realidades! Porque la palabra intención suena vaga, secundaria, tibia, algo del estilo “si tengo tiempo, lo haré pero si no, no pasa nada”, y eso no nos basta. “No! Try not! Do or do not! There is no try!” (“Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”) también podría ser un buen lema. Abolición de la prostitución, combatir la pornografía y un NO rotundo a los vientres de alquiler son algunas demandas del feminismo que tenéis que tener presentes y si os es más práctico para no olvidarlas, imprimidlas en unas camisetas y ponéoslas.
Señores políticos, las feministas no os hemos dado un cheque en blanco. Nuestro voto no es gratis. Tiene un precio. El problema es que el PSOE anda tan flaco de memoria que incluso se olvida de que es socialista y obrero (bueno, al menos eso dice sus siglas) y coquetea con la derecha del liberalismo capitalista. Sí, con los mismos que quieren convertirnos en máquinas de hacer bebés. Muy feminista, ¿verdad? No creo que sus votantes vean con muy buenos ojos este flirteo y menos las mujeres feministas.
Si la política del próximo nuevo gobierno, les da la espalda a las mujeres, si escucha los cantos de sirena de los bancos y cede a su presión, las mujeres le daremos la espalda también. De nada valdrá cuántas camisetas se pongan, ni eslóganes huecos exhibidos de cara a la galería, ni repetir mil veces “soy feminista” para llegar a creérselo. Es hora de dejar la seguridad del puerto y ser valientes, por muy picada que esté la mar, demostrando con hechos que de verdad lo son.
El futuro es feminista. Es un grito que recorre el país de punta a punta, imparable, rebelde y revolucionario. Y ese futuro está a nuestro alcance. Ya podemos tocarlo con las puntas de los dedos. Separadas no somos nada. Juntas, podemos alcanzar el cielo de nuestras aspiraciones y conseguir la ansiada liberación de toda opresión.
Más que nunca, deseo equivocarme cuando digo, en un artículo anterior: “las feministas tendremos que volver a tomar las calles" porque eso significará que hemos sido escuchadas. Tal vez, llegue un año en el que el 8M tan sólo sea una fecha más.
Señoras y señores políticos del PSOE y también de las fuerzas políticas que formen una coalición para gobernar, ahora os toca cumplir a vosotros y hacer realidad las reivindicaciones feministas que se oyeron el 8M. Si no lo hacéis, nos veremos en las calles y seremos un enemigo que no os gustará tener enfrente porque nuestra rabia, indignación y dolor nos da la fuerza de un tsunami.
“La revolución será feminista o no será”, no es un lema para lucir en una camiseta. Es un hecho. Es una realidad incuestionable. Podéis navegar en la ola o ser aplastados por la fuerza del feminismo. Es vuestra decisión. Es nuestra lucha.
14/05/2019 Hélène

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