miércoles, 25 de noviembre de 2020

25N - NI UNO MÁS

Hoy es 25-N Día Contra La Violencia de Género, aunque deberíamos llamarlo Violencia Machista porque el término género desdibuja la realidad: las mujeres somos víctimas de los hombres. Ellos son los que nos asesinan, agreden, violan y que cada día se inventan una nueva forma de someternos y explotarnos, de seguir bajo la bota que nos aplasta.

Por ello, para denunciarlo públicamente, alzamos nuestra voz por las que hoy no pueden hacerlo porque han sido asesinadas por ese otro virus que lleva siendo pandemia durante siglos: la violencia machista. Pero también por aquellas otras mujeres que no pueden dejar oír su voz por miedo, por el temor a que el terrorista machista que duerme a su lado la muela a palos, por la joven que vive a caballo entre el miedo y algo que cree amor a un novio que la que controla, por las mujeres que vinieron en busca de una vida mejor y las convirtieron en esclavas sexuales y recuerdan con añoranza su pueblo mientras esperan en una rotonda, por las que, por precariedad económica, no son prostituidas de forma directa, pero sí lo hacen con una parte de su cuerpo, gestando bebés por personas cuyo egoísmo les impide ver que están explotando a un ser humano y comprando a otro. Todo lo anterior es violencia machista, pero también lo son otros tipos de violencia menos palpables y con los que convivimos todos los días. Lo venimos denunciando con el HT #MesDeViolenciasMachistas

Estamos hartas de despertarnos y desayunar con noticias de mujeres que han sido violentadas, de jueces que, ante una violación, ven un atenuante en el color de las bragas de la víctima y, sobre todo, estamos hartas de los políticos y de que, no sólo no destinan los suficientes recursos para acabar con esta lacra social sino que defienden algunos tipos de violencia como son la prostitución y los vientres de alquiler, y de otros, que simplemente dicen que no existe. Pero ahí están las mujeres asesinadas y las maltratadas para señalarlos con un dedo acusador mientras nuestra voz clama para que este sea el último 25-N. Para que nunca más sea necesario.

#25N #NiUnaMenos #25NContraLasViolenciasMachistas







domingo, 12 de julio de 2020

Nos la quieren meter doblada


La posmodernidad ha renacido de sus cenizas y con su relativismo normativo y su ingeniería lingüística nos quieren imponer el "todo vale": es decir, una cosa o acto puede ser a la vez bueno y malo, correcto e incorrecto, científico o acientífico...

La falacia más superficial que nos quieren vender es que no somos personas. Somos identidades que varían en función de los intereses de cada uno-a. Niegan el sexo. 

Toca recordar que la biología es la ciencia que estudia los seres vivos, y las personas pertenecemos a esta categoría. Como bien certifica la ciencia: la reproducción humana es un proceso de tipo sexual, que permite la creación de nuevos seres humanos, porque intervienen los dos sexos, el femenino y el masculino. A través de esta se produce la fecundación en el cuerpo de la mujer gracias a la unión del óvulo y el espermatozoide. Deja sin lugar a dudas dos sexos: hombre y mujer.

Por otro lado tenemos el sistema patriarcal que establece una relación de dominación para los hombres y de sumisión para las mujeres. Aquí definimos  a los hombres como aquellas personas nacidas con el sexo masculino y socializadas con los estereotipos y roles asignados al opresor-dominante; y mujer es aquella persona nacida con el sexo femenino y socializadas con los estereotipos y roles asignados a la oprimida-sometida.

¿Qué ocurre? Que ninguna persona escoge donde nacer. Todas nacemos en un sistema ya organizado y con un sistema de creencias colectivas. Como el patriarcado es global, nadie escapa de sus mandatos y ¡ay de aquellas personas que osen desacatarlos! Serán torturadas, perseguidas, quemadas en la hoguera...
                                                                                    
El principal mandato está en imponer la heterosexualidad, cosa que en muchos lugares se ha conseguido derrumbar aunque haya aún sitios en que los homosexuales siguen siendo perseguidos y castigados. Hay que seguir luchando por su libertad sexual.

Tenemos un sistema económico y político: el capitalista, el cual para sobrevivir tiene que generar las desigualdades. A mayor desigualdad mayor poder y rentabilidad (lo rentable es la vulnerabilidad). Y está en connivencia con el patriarcado, que le da un ejército sometido, para realizar todos los trabajos de reproducción, domésticos y de cuidados de manera "altruista", sin remuneración ni reconocimiento.

Resumiendo: el patriarcado es un sistema de relaciones de poder donde el poder lo ostentan los hombres. El capitalismo es un sistema de relación de poder ejercido por un grupo minoritario, muy minoritario de hombres que explotan a la gran mayoría. De esta mayoría, más de la mitad, las mujeres, son a su vez re-explotadas y sometidas por los hombres.

Qué relación guardan la posmodernidad, el patriarcado y el capitalismo: un contrato político-económico para seguir manteniendo el status quo.  Les explico, el capitalismo, agotado en su fórmula inicial: extractivista, necesita nuevas mercancías, las personas, y se ha aliado con la posmodernidad, que le dice "todo vale", "todo es ético", y el patriarcado también se alía con la posmodernidad porque le apuntala sus mandatos.

He dejado para el final decir que la posmodernidad es una corriente política que trae de la mano, o es empujada por la teoría queer, un movimiento reaccionario, narcisista, fetichista, misógino y neoliberal que busca la aniquilación simbólica de la mujer de la realidad a través de la negación del sexo y la institucionalización y ampliación de los estereotipos y roles de opresión: el género, para legalizar los vientres de alquiler y, de regalo al poder capital, regularizar la esclavitud sexual.  
                                                                            
La religión queer les ha hecho creer a las personas trans, sólo a una parte de las personas trans, que para cambiar de sexo sólo basta desearlo, asumir y exagerar los estereotipos. Los roles no, que eso de limpiar la mierda de todos, estar pendientes de las necesidades de todo el grupo familiar, es para las cis privilegiadas, y ya. Otros, su obsesión es tal que lo llevan aborrecer su cuerpo y se someten a tratamientos hormonales, bloqueadores, cirugías (farmacéuticas- drogas), sin llegar nunca a sentirse bien con él, y teniendo que medicalizarse toda su vida. Para ello, cuánto más mejor y más jóvenes, desde niños, ¡pa' que esperar!

La prostitución es el tercer negocio con mayores beneficios para los tratantes, proxenetas y Estados, y sin trata no se podría abastecer a tanto putero. 

Si nos paramos un poco, cuáles son los más jugosos negocios mundiales: armas, drogas y trata. Y si nos paramos un poco más, comprobamos que todos están entrelazados y se retroalimentan entre sí. Y culminan su adoctrinamiento con los medios de comunicación.

Por Yolanda Abad





martes, 30 de junio de 2020

DESDE LA TRINCHERA (II)

“Subnormal: es lo que eres.
Además de zorra y bollera acomplejada, dando bombo a mentiras creadas por maricones acomplejados.”
“Tu madre = una hija de puta
Tú = también”
“PUTAS TERFS DE MIERDA! (cara enfadada, puño agresivo)”

Estos son algunos de los “cariñosos” mensajes que me dedicaron en Twitter. Omito aquellos en que me llamaron terf y otros insultos más de andar por casa como: paleta, inculta, gilipollas… Fueron una primera respuesta a mis tuits. Quiero decir que no fueron como resultado de una conversación que fue subiendo de revoluciones y los ánimos se exaltaron. No, así, a las bravas, sin paños de agua fría. Sus autores tienen algo en común: son trans y son hombres. Son los mismos que llevan camisetas con la frase “Kill terfs” o se presentan en el 8M con pancartas donde se alienta a agredir a quienes no estén de acuerdo con sus creencias. Y esto es, precisamente, lo que son debajo de ese barniz de postmodernidad: varones que han sido socializados como hombres y usan la agresividad y violencia para imponerse a los demás. Son hombres porque actúan como hombres, con violencia hacia las mujeres porque se sienten por encima de ellas. Paradójicamente, pretenden ser mujeres. Esas mismas que odian. Quieren ser mujeres, pero las mujeres no somos así. Todos estos hechos, sus mensajes, su actitud agresiva, deslegitiman su mensaje, les resta credibilidad y se asemeja bastante a un “¡soy mujer porque me sale de los cojones!” Un discurso bastante machista y misógino. “Aquí estamos nosotros, apartaos feministas, que hemos llegado.” Después de todo esto, ¿cómo pretenden que compartamos nuestros espacios con semejantes energúmenos? ¡Es como meter al lobo en el gallinero! Seguramente, no todos son así y sentirán vergüenza de semejante caterva que destila testosterona a rabiar por cada poro de su cuerpo.

Entiendo que los transexuales lo tienen difícil. Conviven en una sociedad patriarcal que no les acepta porque son esos hijos díscolos que han renegado de su sexo para pasarse al enemigo. El feminismo siempre ha acogido a las mujeres y hombres transexuales. Su lucha ha sido nuestra lucha. Lidia Falcón peleó por pedir sus derechos en una época particularmente difícil de nuestra Historia. Sin embargo, con la aparición de la Teoría Queer, un nuevo gallo ha llegado al corral. Es un gallo que porta las plumas de la postmodernidad y que posee la mirada hipnótica de una cobra. No ha venido para encontrar un sitio en el feminismo. Ha llegado abriendo la puerta de una patada y pretendiendo ocupar el sujeto político del feminismo. Un movimiento al que pretende moldear a su gusto como si fuera plastilina y si no estás de acuerdo con los postulados queeristas, si protestas, si te muestras disidente con sus locuras, tiene a punto el dedo inquisitorio para acusarte de transfobia. Son la nueva Inquisición y, como la antigua, las mujeres siempre terminamos en sus hogueras.

Muchas veces me pregunto, ¿cómo es posible que los seguidores de la Teoría Queer, cuyo número es evidentemente menor que el de las mujeres, tenga tanto poder como para poder cambiar las leyes o dictar otras a su gusto? ¿Cómo es posible que se pretenda cambiar a una sociedad entera para acomodar a una minoría? Y la respuesta es que son una nueva arma de un viejo enemigo: el patriarcado. Con astucia, ha infiltrado a sus huestes dentro del feminismo para hacerlo estallar desde dentro. El es viejo y super efectivo “divide y vencerás” Y lo están consiguiendo. Muchas mujeres, deslumbradas por el brilli brilli de estos falsos profetas, están dispuestas a renunciar a derechos que tan duramente han sido conseguidos o en hacer que las leyes que nos protegen queden convertidas en papel mojado. De continuar así, la LVdG dejará de tener sentido. Pronto veremos que las mujeres encabezamos las estadísticas de violencia machista. También seremos violadoras. Conseguir la paridad en puestos de responsabilidad será una quimera pues, siendo todos hombres, si se autoproclaman como mujeres, no sólo habremos conseguido la igualdad sino la mayoría en esos puestos. Asistiremos a competiciones femeninas donde quienes participan son hombres. ¿Os imagináis un gobierno compuesto únicamente por varones que se declaran mujeres y que proclaman: “el patriarcado ha muerto, ¡viva el matriarcado!” Ya tenemos casos de hombres, asesinos y violadores, encerrado en cárceles de mujeres simplemente porque han dicho que los son, exponiendo a las reclusas a ser violadas o agredidas? El Internet circulan videos de abogados que enseñan a eludir las leyes de violencia de machista usando la identidad de género.

Hermanas, estamos en guerra. El patriarcado ha lanzado una potente ofensiva. Han fijado su objetivo en las mujeres lesbianas, que se han convertido en blanco de los ataques misóginos de los queers y que pretenden obligarlas a mantener relaciones sexuales con mujeres transgénero bajo la amenaza de acusarlas de transfobia. Delirante, ¿no? Pues ese delirio tiene nombre y es contra quien debemos cerrar filas y luchar. ¡Basta ya de partidos supuestamente feministas que nos traicionan y que son la puerta de atrás para dejar entrar a quienes se lucran con la explotación sexual y reproductiva de las mujeres, que las discriminan y borran, que no ven en el género un sistema opresor y que pretenden mutilar a niñas y niños por salirse de la disciplina del género!

No acepto a ese feminismo que nos califica de personas menstruantes, con vagina, gestantes... , que asiste impasible y aprueba eliminar la palabra “mujer” de todo ámbito. Como decía Simone de Beauvoir: “El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”.

Unidas somos más fuertes. No podemos aceptar seguir siendo moneda de cambio en los programas políticos. Tenemos que tener la suficiente valentía como para afrontar nuestro futuro. Llevamos a nuestras espaldas siglos de lucha. Somos la Cuarta Ola del Feminismo y tenemos que conseguir que tenga la fuerza de un tsunami y que no termine muriendo mansamente en la orilla de la playa.

Hélène Deschamps


Cita Revolucionaria© sur Twitter : "Simone de Beauvoir: «El ...








lunes, 25 de mayo de 2020

Confinamiento y conciliación. Un estado de alarma que ya conocen las mujeres

“Mamá, ¿me ayudas con los deberes?”
“¡Juega conmigo, mami!”
“¡Tengo hambre!”
“¡Me aburro!”

Y mientras, tratas de concentrarte en el informe que tienes abierto en el portátil y en el que llevas trabajando desde antes del amanecer, aprovechando que tus hij@s aún no se han despertado porque sabes que después empezará esa pequeña batalla diaria para conseguir que desayunen y te será imposible concentrarte en lo que estás haciendo, manteniendo un ojo en la pantalla y otro en l@s niñ@s.

Suena el móvil. Es tu jefe que lleva llamándote cada diez minutos para meterte prisa y que acabes el informe porque no entiende en qué estás perdiendo el tiempo y por qué aún no está terminado. Y mientras murmuras una excusa, ves horrorizada que tus hij@s se han puesto al saltar en el sofá y temes que algun@ acabe rompiéndose la cabeza contra la mesita de cristal. Entonces recuerdas que la lavadora ha debido de terminar y que además tienes que hacer el pedido al súper porque la nevera está más vacía que tu cuenta a fin de mes.

lunes, 2 de marzo de 2020

Desde la trinchera

Escribo estas líneas desde una de las numerosas trincheras que hay en el campo de batalla.

El enemigo se ha multiplicado y nos acosa desde varios frentes. El patriarcado,
nuestro eterno enemigo, dirige, como un estratega en una partida de ajedrez, sus distintas piezas contra nosotras: a la violencia y a la opresión, se les ha unido la explotación sexual, la reproductiva y un virulento ejército que nos ataca sin cuartel negando nuestra identidad como mujeres. A las antiguas balas del tipo “feminazi” y “hembrista”, que siguen zumbando sobre nuestras cabeza, se les ha juntado las del modelo “terf”, que usan sus francotiradores, y nos abaten con mortal precisión.

lunes, 3 de febrero de 2020

Un ministerio feminista que es un misterio.

Muchas feministas torcimos el gesto cuando vimos a Irene Montero al frente del Ministerio de Igualdad: un ministerio "feminista". 

Por todas es conocida la tibieza, por calificarlo de alguna forma, con que @PODEMOS trata el tema de la prostitución (creo que todavía no tiene definida una postura oficial respecto a ella). Ya les hemos oído hablar sobre "trabajo sexual" y a la secretaria general de Podem Barcelona, Laura Pérez, decir que "la prostitución es un empleo tan digno como otro cualquiera". ¿De verdad que no se les cae la cara de vergüenza al decirlo? ¿Es digno que un putero te penetre por dónde al señor le salga de las narices simplemente por el hecho de haber pagado por ello? ¿Es digno que te golpeen y que termines tu "jornada laboral" con desgarros anales y/o vaginales por satisfacer ciertos gustos "peculiares" del mal llamado "cliente"? 

En cualquier trabajo, la seguridad es primordial y una obligación para los empresarios. Si en la jornada laboral, los trabajadores se lesionan sistemáticamente, se deben adoptar las medidas de seguridad necesarias para que no ocurra. Una "trabajadora sexual" corre múltiples riesgos: puede ser agredida. ¿Deberá estar presente un vigilante de seguridad para evitarlo. Manipulan partes del cuerpo de otra persona. ¿Deberá usar guantes de látex como hacen los profesionales de la medicina en una exploración? Están constantemente expuestas al contagio de enfermedades, no sólo de ETS. ¿Deberían exigir al "cliente" un certificado médico o realizar "el servicio" con un traje de protección contra riesgos biológicos y químicos? Absurdo, ¿no? Lo mismo de absurdo es considerar a la prostitución "trabajo"

Pero ésta no es la única bomba que guarda el arsenal de @Podemos contra el Feminismo. Me refiero a la conocida como "Ley Trans". Detrás de ese "trans", que debería ser transexual, se enmascara un "transgénero". Una ley que mete a la Teoría Queer por la puerta de atrás y facilita que cualquier hombre, simplemente por el hecho de decirlo, puede ser considerado mujer y, por tanto, se le debe permitir el acceso a espacios destinados a las mujeres... perdón, personas con agujero delantero.

Muy pronto llegará el 8M, un día emblemático del Movimiento Feminista. Un movimiento en el que todxs quieren hacerse un hueco desplazando a sus verdaderas impulsoras: las mujeres. En nuestra mano está que no lo consigan. Nadie nos va a hacer desaparecer en aras de una inclusividad. Incluir no significa conquistar. Sólo los virus lo hacen, inyectando su código genético en una célula sana para acabar destruyéndola.

En este nuevo 8M tenemos una nueva oportunidad de llevarle nuestro mensaje al Ministerio de Igualdad y a Irene Montero y decirle que el Feminismo es y será siempre abolicionista de la prostitución y del género, y que está, manifiestamente, en contra de la explotación de las mujeres tanto sexual como reproductiva.

Sólo quienes abracen estos principios puede considerarse feminista. ¿Lo eres tú?

Por Hélène Deschamps @heleneDreams

sábado, 2 de noviembre de 2019

Mujeres valientes. Mujeres luchadoras

La Lucha De Las Mujeres es la lucha de mi madre, que después de una vida de desprecios y maltrato, de haber criado cuatro hijos y trabajado en casa todos los días de su vida, salió a hacerlo fuera pasados los 50 para poder por fin sentir que tenía algo propio en esta vida.

La Lucha De Las Mujeres es la de la mujer a la que dos licenciaturas no le sirvieron de nada y, con lo último que le quedaba, se compró un billete de avión para venir a trabajar, de sol a sol, a miles de kilómetros de su casa con la esperanza de que su hija tuviese un futuro.

La Lucha De Las Mujeres es la lucha de la que jamás tuvo una oportunidad y acabó siendo esclava de un marido, de los padres del marido, haciéndose cargo en exclusiva de la crianza de su hija, pero que al fin ha entendido todo y quiere ponerse a aprender lo que no pudo antes y vivir.

La Lucha De Las Mujeres es la lucha de la que lo entendió todo ya hace tiempo y no ha podido, todavía, romper con lo que la ata y ,sin embargo, está dándonos apoyo y aliento a las demás para seguir peleando.

La Lucha De Las Mujeres es la lucha de la que todavía no es consciente de su propia esclavitud pero pelea todos los días buscando estrategias para seguir adelante.

La Lucha De Las Mujeres es la lucha de la que llegó aquí para ser prostituida, consiguió salir, soñó con un hombre que la amase y se encontró con un maltratador, y ahora trabaja 10 horas diarias para que su hijo salga adelante.

La Lucha De Las Mujeres es la de todas las ya no albergan ninguna esperanza para ellas mismas, pero se mantienen en pie porque todavía tienen fe en que sea distinto para las que vienen detrás.

La Lucha De Las Mujeres es la lucha de todas, y así seguirá siendo mientras quede una sola mujer sometida en este mundo. No nos vais a callar, no vamos a parar.

Por Princesa en Llamas @primenllamas